jueves, 8 de octubre de 2015

Presentación Tierras de Frontera


Hola amigos,

Regreso de nuevo con Rodrigo Díaz de Vivar y su mesnada para recorrer el tramo del Camino del Cid denominado Tierras de Frontera, una línea de 300 km que discurre entre las localidades de Atienza (Guadalajara) y Calatayud (Zaragoza), atravesando parte de la provincia de Soria, y que separaba los reinos cristianos de las Taifas musulmanas hace 1000 años, en plena Edad Media..., probablemente el lugar más peligroso de la península Ibérica, un lugar marcado por la continuas luchas entre dos mundos, entre dos formas de entender la vida y la religión.


Esta era una zona de supervivencia. Ciudades como Sigüenza, Medinaceli, Castejón de Henares, o la propia Atienza, formaban parte de lo que se conoció como Tierras de Frontera. Atrás quedan largas jornadas de camino al destierro, atrás queda el Reino de Castilla. Se ha cumplido el plazo decretado por el Rey Alfonso VI para que El Cid y sus huestes salieran de sus dominios. El destierro y la nostalgia de Rodrigo y sus hombres son ya una realidad.

Nuestro personaje se encuentra en Atienza, puesto avanzado musulmán de la antigua Taifa de Toledo. Desterrado y en territorio enemigo, el Cid necesariamente hubo de luchar y conquistar las poblaciones fronterizas en poder de los moros, imponiendo de este modo su ley, cobrando parias a las gentes sometidas, y con ello garantizando el sustento de su pequeño e incipiente ejército…., su mesnada. En este territorio inhóspito, en una zona agreste y poco poblada, es donde se comenzó a forjar la leyenda guerrera del Cid Campeador.


La organización y autonomía del ejército cada vez más numeroso del Cid le permiten moverse sin dificultad entre las fronteras de los distintos reinos musulmanes. Tres taifas muy diferentes entre sí (Toledo, Zaragoza y Albarracín) sirven de escenario al paso del Cid y de su gente.

Es aquí, en la ciudad de Atienza, donde el próximo sábado, comienzo otro capítulo de la apasionante vida del Cid, a través de la larga travesía que lleva su nombre, el Camino del Cid. Numerosas fortalezas y castillos, que sirvieron de cobijo y defensa para ambos bandos, darán testimonio de mi paso, como hace un milenio también lo fueron del Cid. Un itinerario único, amparado bajo la sombra narrativa del Cantar de Mío Cid, uno de los poemas épicos medievales de la literatura universal y también una guía para entender la vida de este personaje de leyenda.

En este viaje, además de visitar las ciudades, fortalezas, pueblos y aldeas que jalonan la ruta, se ha de tener ojos para ver y admirar el patrimonio y cultura que ha llegado hasta nuestros días, pero también, y aún más importante, es tener imaginación para sumergirse en esa época y rememorar así los escenarios y el modo de vida en el que se desenvolvieron el Cid y sus guerreros en la segunda mitad del siglo XI, en uno de los tiempos más apasionantes de nuestra Historia. Concibo el Camino del Cid como un gigantesco escenario, un escenario de 2000 kilómetros, en el que poder viajar en el tiempo de la mano del propio Cid y de personajes como Doña Jimena, Doña Elvira y Doña Sol, Minaya Alvar Fáñez, Pedro Bermúdez, Muñoz Gustioz, Martín Antolinez, el obispo Jerónimo, Alfonso VI, los Infantes de Carrión..., y tantos y tantos otros.

Me gustaría hacer este viaje sintiéndome como un peregrino de la Historia, como alguien que es capaz de transportarse en todos los sentidos a esta época, viviendo y conviviendo con estos hombres y mujeres que han conformado la historia en la Edad Media.

En este sentido, espero hacerlo bien.

Un abrazo



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario